Monday 6 June 2016

Croacia: Mito y Realidad - Mito: Todos los croatas eran fascistas ...


CROACIA: MITO Y REALIDAD

C. Michael McAdams

INDICE

  • Prefacio del autor a la tercer edición
  • Introdución
  • Croacia y los croatas
  • Mito: "Los croatas pidieron entrar en Yugoslavia
  • Mito: "Un terrorista croata ustase asesinó al rey Alejandro
  • MITO: "TODOS LOS CROATAS ERAN FASCISTAS DURANTE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL; TODOS LOS SERBIOS ERAN PRO-ALIADOS"

    Mito: Todos los croatas eran fascistas durante la Segunda Guerra Mundial. La apologista serbia, escritora Nora Beloff, escribiendo en el Washington Post, fue aparentemente la primera en agregar la cláusula complementaria de que "todos los serbios fueron pro-aliados".
    Realidad: Como virtualmente todos los países del continente europeo durante la Segunda Guerra Mundial, tanto Croacia como Serbia tuvieron gobiernos que colaboraron con el Eje. Todas las naciones de Yugoslavia tenían elementos que apoyaban al Eje, así como todas tenían elementos que eran anti-Eje. Empero, fueron los mayoritariamente croatas partisanos, dirigidos por el también croata Josip Broz ("Tito"), quienes formaron la única fuerza auténticamente anti-fascista en Yugoslavia, y la fuerza aliada más formidable en la Europa ocupada durante la Segunda Guerra Mundial.
    Coqueteando con el fascismo
    La Segunda Guerra Mundial llegó a Yugoslavia como resultado directo de los sentimientos pro-Eje del gobierno yugoslavo, entonces controlado por los serbios. Bajo el príncipe Pablo, Yugoslavia se alejaba sin cesar de Francia, mientras se acercaba a Alemania, después de la trágica muerte del rey Alejandro. Ya en febrero de 1936, Hitler prometió apoyar al gobierno del premier Milan Stojadinovic.
    Hacia 1937, Stojadinovic había visitado a Mussolini, además de desarrollar su propia escuadra de "camisas verdes" y adoptar el saludo nazi. Quizás fue el haber asumido el título de Vodja (Fuhrer), lo que hizo finalmente que el príncipe Pablo actuara, reemplazando a Stojadinovic por Dragisa Cvetkovic, quien mantuvo la misma política exterior pro-Eje, si bien utilizando menos simbología fascista.
    El príncipe Pablo vio al Tercer Reich como la única potencia capaz de mantener al artificial Estado de Yugoslavia, por lo que comenzó negociaciones secretas con altos dirigentes nazis en diciembre de 1939. Tenía la esperanza de llegar a ser rey bajo el Nuevo Orden, negando al joven príncipe coronado Pedro el trono que le correspondía. Yugoslavia se unió al Eje el 24 de marzo de 1941. El único miembro del Gobierno que rehusó firmar el "Pacto de Acero" de unión con el Eje fue el ministro croata Vladko Macek, del Partido Campesino Croata.
    Después de la firma, Cvetkovic aseguró a Hitler que Yugoslavia "...está dispuesta a cooperar con Alemania en todas las formas". De hecho, Pablo había estado ya cooperando desde 1939, con detenciones masivas de judíos, el dictado de estrictas leyes raciales y prohibición de sindicatos hacia 1940 se habían aprobado leyes limitando los tipos de negocios que los judíos podían tener, dirigir, en los que podían trabajar, y limitándoles severamente el acceso a la instrucción pública.
    Golpe e invasión
    El 26 de marzo de 1941 dos generales serbios, Bora Mirkovic y Dusan Simovic, condujeron un golpe contra el gobierno de Cvetkovic, para el cual contaban con apoyo británico. La prensa angloamericana produjo y publicó muchos informes sobre la posición anti-Eje de los serbios. De hecho, el golpe tenía sus raíces tanto en cuestiones de política exterior como de política interior.
    Perdido en la mitología está el hecho de que los generales no pensaban que Alemania iba a invadir, y que querían mantener relaciones cordiales con el Eje. El 30 de marzo, el ministro yugoslavo de Relaciones Exteriores hizo una declaración formal al enviado alemán, diciendo que el nuevo gobierno respetaba el pacto con el Eje y que Simovic estaba "dedicado al mantenimiento de relaciones amistosas con sus vecinos del Reich alemán y el Reino de Italia". Simovic creía que su cercana amistad con varios altos dirigentes nazis, especialmente con el Reichmarschall Hermann Goering, salvaría la situación. Su error provocó una invasión alemana el 6 de abril.
    Antes de ver a un solo soldado alemán, el ejército dirigido por los serbios se retiró de Eslovenia y Croacia para defender a Serbia, dejando a croatas y eslovenos sin provisiones ni municiones. La mayor parte de los soldados croatas simplemente se fue a sus casas. Las fuerzas armadas de Yugoslavia se desintegraron a la primera aparición de los alemanes, cuando 100 de los 135 generales del más alto nivel de oficiales serbios se rindieron durante la primera semana. Belgrado fue tomada por un solo escuadrón de tropas de choque de la Waffen-SS, dirigido por un teniente segundo, el 12 de abril. Mientras el general Simovic y su gobierno escaparon del país llevándose oro por cifras millonarias, sólo el ministro Vladko Macek, del Partido Campesino Croata, se quedó para compartir la suerte de su pueblo.
    Una vez que estuvo a prudente distancia del frente de lucha, Simovic anunció inmediatamente que Yugoslavia había caído por culpa de los croatas, todos los cuales eran traidores y fascistas. Ignorando el abandono militar de Croacia y Eslovenia, la rendición masiva de la oficialidad serbia, y el hecho obvio de que la totalidad del Gobierno había huido, Simovic anunció que Serbia había sido apuñalada por la espalda.
    El embajador yugoslavo ante los Estados Unidos, Konstantin Fotic, trabajó horas extras desparramando la fábula de que Yugoslavia había sido derrotada sólo debido a la deslealtad de los croatas, callando el hecho de que su propio primo dirigía el nuevo gobierno pro-nazi en Serbia y que otro primo suyo era líder del Partido Nazi Serbio.
    El Estado croata
    Croacia fue ocupada por Alemania e Italia, y dividida en zonas de ocupación alemana e italiana. El Estado Independiente de Croacia (NDH) fue establecido con el consentimiento de Alemania y en contra de los deseos expresos de Italia, que quería hacer de Croacia un reino italiano. Italia llegó a nombrar un "rey de Croacia" que nunca puso un pie en su pretendido reino. El Gobierno croata fue dirigido por Ante Pavelic, con el apoyo de su movimiento Ustase.
    Pavelic había sido diputado electo en el Parlamento y vicepresidente de la Asociación de Abogados de Croacia, cuando Alejandro declaró la dictadura y disolvió el Parlamento. Pavelic fundó el movimiento Ustase en el exilio, con el objetivo de liberar a Croacia por la fuerza. Cuando estalló la guerra, los ustase, que estaban por toda Croacia en clandestinidad, tomaron el control del gobierno antes de la llegada de los alemanes. Al igual que en la entonces Unión Soviética, cuando éstos arribaron fueron recibidos al principio como liberadores.

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  • Mito: "El canasto de ojos humanos"
  • Mito: "Murieron dos millones de serbios"
  • Mito: "Los croatas ejecutaron docenas de aviadores estadounidenses"
  • Mito: "No hubo venganza contra los croatas después de la Segunda Guerra Mundial"
  • Mito: "Las fronteras se trazaron para favorecer a Croacia"
  • Mito: "El idioma serbo-croata"
  • Mito: "Tudjman y Milosevic son conversos tardíos del comunismo a la democracia"
  • Mito: "Los serbios no tenían derechos garantizados en Croacia"
  • Mito: "Los buscadores de fascismo"
  • Mito: "El escudo croata es un símbolo fascista"
  • Mito: "En busca del hurón fascista"
  • El Mito Final: "Yugoslavia" 
  • Bibliografía 
  • El autor

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